Cuando te das cuenta de que todo tu sufrimiento se debe única y exclusivamente a tus pensamientos sobre lo que está sucediendo en el momento concreto, o en el momento que viene a tu memoria causándote dolor, es cuando puedes abrir una puerta que va a transformar tu vida por completo. Estás siendo consciente de las trampas de tu mente.
En el momento en que sientas que algo te hiere, te irrita, te entristece y te bloquea, tómate unos segundos para ser consciente de las cosas concretas que estás pensando en ese momento. Recuerda que es eso lo único que crea tu malestar. Si ya eres consciente de que eso que sientes, y por lo tanto piensas, es sólo una trampa de tu mente, puedes preguntarte: ¿cómo me sentiría y qué haría en este momento sin esos pensamientos?
Esa es tu realidad, esa es tu respuesta. Ahí, es tu interior el que habla. Ahí está tu mayor libertad y poder como ser humano.
Cuando te paraliza el miedo a que algo pueda repetirse o algo parecido vuelva a sucederte, no te manifiestas tú mismo. El miedo te hace actuar de manera que aquello que temes se repetirá con toda seguridad de una manera o de otra, y tú estás perdiéndote el poder expresarte como tú eres en realidad con todo tu potencial y para tu satisfacción interior más grande. Hay en esta experiencia repetida una lección que tienes que aprender y que te hará más fuerte. En cuanto aprendas lo que la experiencia quiere mostrarte, dejará de ser dolorosa para ti.
Cuando te acercas mentalmente a eso que te horroriza y pruebas a verte en la situación sin los pensamientos que estas teniendo sobre ella que te hacen sufrir, cuando te ves simplemente como observador de lo que te sucede, pon atención a lo que hay en ti: paz. Ahora es el único momento en el que estas conectado contigo mismo, con tu interior. Sólo tienes que hacer y decir lo que tu interior, que nunca se equivoca, desea decir o hacer, en total libertad de tu ser.
Ir tomando consciencia de las trampas de tu mente, neutralizar esos pensamientos y sacar el aprendizaje de ellos, es un proceso fascinante. Para ayudarte en este proceso, puedes contar conmigo. Con mucho gusto te acompaño a la otra orilla, dándote las herramientas para que, cada vez que tu mente te quiera secuestrar y confundir dando crédito a pensamientos engañosos, debilitadores y paralizantes, puedas alcanzarla tú sólo.